El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha que conmemora la lucha de las mujeres por participar en la sociedad en igualdad de condiciones que los hombres. Esta lucha tiene una larga historia que se remonta al siglo XIX, cuando las primeras sufragistas reclamaron el derecho al voto y a la educación. Sin embargo, en España, el movimiento feminista tuvo un desarrollo más tardío y dificultoso debido a la dictadura franquista, que impuso un modelo de mujer sumisa, dependiente y relegada al ámbito doméstico.
Igualdad durante el Franquismo
Durante el franquismo, las mujeres españolas sufrieron una discriminación legal y social que limitaba su capacidad jurídica, su autonomía económica y su participación política. El Código Civil establecía que el marido debía proteger a la mujer y esta obedecer al marido, y que el padre era el jefe de la familia y el administrador de los bienes conyugales. Las mujeres necesitaban permiso marital o paterno para trabajar, abrir una cuenta bancaria, viajar o sacarse el carnet de conducir. Además, la educación que recibían estaba orientada a formarlas como esposas y madres, sin fomentar su desarrollo personal o profesional.
A partir de 1975, con la muerte de Franco y el inicio de la transición democrática, se inició un proceso de cambio legislativo y social que supuso un avance significativo en la igualdad de la mujer en España. Algunos hitos importantes fueron:
- La supresión del permiso marital en 1975, que devolvió a las mujeres casadas su capacidad jurídica plena y les permitió gestionar sus propios bienes y aceptar herencias.
- La legalización del divorcio en 1981, que acabó con el matrimonio indisoluble y reconoció el derecho de las mujeres a romper una relación abusiva o insatisfactoria.
- La despenalización del aborto en 1985, que garantizó el derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad y su salud reproductiva.
- La reforma del Código Penal en 1989, que tipificó como delito el acoso sexual y la violación dentro del matrimonio.
- La ley de medidas de protección integral contra la violencia de género en 2004, que estableció un marco jurídico y asistencial para prevenir y combatir esta grave lacra social.
- La ley orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres en 2007, que promovió la paridad en los ámbitos político, laboral y educativo.
Estas leyes han contribuido a mejorar la situación de las mujeres españolas en diversos aspectos, como el acceso a la educación, el empleo, la salud o la representación política. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 1975 y 2020:
- El porcentaje de mujeres con estudios superiores pasó del 6% al 44%.
- El porcentaje de mujeres ocupadas pasó del 24% al 46%.
- El porcentaje de mujeres con contrato indefinido pasó del 33% al 74%.
- El porcentaje de mujeres con cargos directivos pasó del 3% al 29%.
- El porcentaje de mujeres diputadas pasó del 6% al 43%.
Estos datos muestran los importantes avances que se han logrado en la igualdad de la mujer en España desde 1975, pero también evidencian los retos que aún quedan pendientes. Algunos de ellos son:
- Eliminar la brecha salarial, que según el INE se sitúa en el 21%.
- Erradicar la violencia machista, que según el Ministerio de Igualdad ha causado más de mil asesinatos desde 2003.
- Conciliar la vida laboral y familiar, ya que según el INE las mujeres dedican casi el doble de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y al cuidado de personas dependientes.
- Aumentar la presencia femenina en sectores estratégicos como la ciencia, la tecnología o la cultura.
En definitiva, los avances en la igualdad de la mujer en España desde 1975 son destacables, pero no suficientes. Es necesario seguir trabajando desde todos los ámbitos para conseguir una sociedad más justa, democrática y diversa, donde las mujeres y los hombres tengan las mismas oportunidades y derechos.