
La perspectiva de género en educación
Atrás han quedado aquellas costumbres arcaicas donde las personas identificadas con el género femenino debían aprender cocina, costura y labores del hogar. De igual manera el género masculino sobre mecánica, electricidad y otros oficios físicos.
En la actualidad, la realidad es muy diferente y la inclusión de la perspectiva de género en la educación se ha convertido en algo fundamental.
La identidad y la perspectiva de género
Todas las personas poseen ciertos rasgos distintivos que les permiten diferenciarse y esto constituye su identidad.
Independientemente de aquellas características con las que se nace, la identidad se construye y en ella influye de manera realmente importante la educación.
En tal sentido, es necesario aclarar que no es lo mismo el sexo que el género. El primero está determinado biológicamente, mientras que el segundo depende de las experiencias, percepciones y concepciones de cada persona.

Cuando una persona se encuentra en los primeros años de su vida, es común que su identidad se vea influida por otras. Esto se debe a las “normas” culturales y sociales preexistentes. Esto afecta directamente la construcción de la identidad desde la niñez hasta la adolescencia o adultez.
Un ejemplo de lo anterior sucede al enseñarles a los infantes que “solo las niñas juegan con muñecas” o “únicamente los niños juegan con una pelota”. Su identidad toma como base estos constructos preexistentes y no aquellos que su propia naturaleza les indica.
En tal sentido, la identidad de género ha caído en un estereotipo ligado al género sexual que en la actualidad se pretende cambiar. Para ello, se apuesta por pilares educativos donde se consolide la identidad a temprana edad, de forma que no se limiten sus expectativas y oportunidades.
La educación como ventana de oportunidades
La escuela y la familia son los principales entes de socialización y educación de las personas. Por lo tanto, se hace necesario optar por un modelo flexible y facilitador a través de ellas, en lugar de otro que imponga y conduzca.
En tal sentido, la idea es que la educación pueda servir como facilitador de herramientas para el aprendizaje de manera igualitaria. Sin discriminación alguna y con respeto hacia todas las personas.
La perspectiva de género en la educación apuesta por promover el uso de lenguaje inclusivo en todos los ámbitos que abarca. Es decir, desde los juegos hasta la enseñanza.
El objetivo de estas acciones es que a nivel cultural se produzca un cambio, en el que la perspectiva de género pueda ser potestad de cada ser humano. Esto independientemente de su edad y sin que se les impongan estereotipos o modelos sociales que ya no están vigentes.
La idea es que no solo se brinde igualdad de oportunidades para los géneros con los que las personas se identifican. Debe existir la posibilidad de que cada una pueda construir, aceptar y manifestar su propia perspectiva de género sin temor a ser víctima de discriminación por ello.
Este proyecto se encuentra en marcha en muchos países alrededor del mundo y cada día es una realidad más cercana.